22 enero 2017

Una isla entre las montañas. Val d´Aran. Experiencia del que la vivió.

El Valle de Aran, ese pequeño paraíso entre las montañas, ese pequeño mundo rodeado gigantes de piedra que no te dejan ver nada más que eso, donde no existe horizonte, donde no existe mar, no existe infinito, es todo intenso y vivo, puro, real. Todo está aquí. Este pequeño GRAN mundo.

Un lugar donde todo es especial. Un pequeño GH donde todos se conocen y por la calle vas saludando como si de tu pueblo o barrio se tratara. Donde todos por una razón u otra te conocen, saben de ti, donde trabajas o donde y con quien vas. ¡La caña! Lugar de temporeros y gente de paso que acaba quedándose porque aquí la gente y el lugar es especial y consigue que la gente se quiera quedar, o por el contrario marchar.

Con esta que estoy viviendo ahora esta es mi tercera experiencia en este magnífico y entrañable Valle de Aran. En cada una de ellas he podido conocer un poco más de su singularidad y idiosincrasia. Desde monitor de paso que sin más, que iba, trabajaba y se iba a su pequeño pueblito de Villac a reflexionar sobre todo lo que vivió en esos 8 meses por Sudamérica, que en ese mes pudo ver lo increíble que es un lugar así, sus montañas, restos de nieve, gente que me acogió a una velocidad pasmosa. 

Después conocí el lado del que viene a currar de verdad, a trabajar día y noche y realmente no terminar de disfrutar del valle 100%, su día y su noche. En esta ocasión tuve la oportunidad de conocer mucho más a las personas, hacer amistades que se que serán para siempre, intimar mucho más, comprender o intentarlo su forma de sentir o ver la vida, peculiaridades y momentos que marcan todo lugar. Este es especial pero esto lo comprendí desde que vine la primera vez. Aquí siempre dejaré una parte de mi, de mi corazón, porque así se dieron las circunstancias, tuve que dejarlo aquí, porque no pude llevarme eso que deseaba y amaba y tuve que irme dejándolo atrás. Un lugar blanco, frío, especial, ardiente y a veces peligroso. Carreteras que suben por las montañas heladas, paisajes únicos, majestuosos, inmenso, eterno, sin final, porque por mucho que subas, no existe nada más que montañas aquí. Me tocó marchar sin la idea de volver, con ganas de marchar en cierta forma aunque dejara atrás a muchas personas, pero el destino quiso que volviera a vivir una segunda oportunidad y no la quise desaprovechar. 

En esta tercera etapa todo ha sido diferente, trabajando en una escuela de esquí, en Copos SkiCenter. Alucinante ver este mundo de primera mano. De esta forma es experimentar de primera mano un lugar tan temporal como es este y aquí siento que lo hago. Conocer el mundo real del esquí, la nieve, la necesidad que tiene de que este fenómeno meteorológico ocurra porque si no se genera un caos y un nerviosismo peligroso. El curioso poder que tiene algo que no se puede controlar y que marca la vida de muchas personas. Es un poco frustrante.

He visto como la estación de Baqueira Beret hace de sus pistas un parque de atracciones impresionante, donde sin nevar son capaces de hacerlo un lugar muy apto y esquiable, ¡impresionante! Milagros de la tecnología. Una estación de 180km repartidos por todas las montañas del valle que lo hacen una experiencia alucinante. Única.

Así que este año toca esquiar todo lo que podamos y nos permitan las ganas de pasar frío, ventiscas en las pistas, momentos sin guantes recibiendo a los clientes para así poder presentarle a su monitor y que comiencen su día de la mejor forma, todo bien y ordenado. Viviendo el día a día más intensamente y tratando de llevarme aún más cosas a casa cuando marche a finales de marzo. Me gusta llevarme pedazos de lugares, sentimientos, momentos, experiencias, personas y en este caso hasta me tatué un pequeño copo de nieve en el costado para recordar este impresionante y mágico lugar. Esa es mi marca, para cuando esté nostálgico, echando de menos a esta isla entre las montañas,. Así sabré que todo está bien, que están conmigo allá donde vaya y allá donde me lleve mi mochila.

Y si, me gusta llevarme personas y momentos, me encanta ser un coleccionista de momentos y personas, esas que voy encontrando por mi camino, ese camino que algunos llaman " estar perdido" y otros desearían para si mismos, lo que no tienen el valor de "perderse" como hice yo hace tiempo y explorar más allá de mi zona de confort, reinventarme en cada lugar que me ha tocado estar, nuevos trabajos y experiencias, nuevas personas, situaciones y sentimientos, a veces no sencillos pero que marcan y mejoran a las personas. Generar momentos para siempre. Lugares para la eternidad y sentimientos que marcan y a los que siempre podrás recurrir cuando te hagan falta.









05 diciembre 2015

La vida está marcada por su magia...

Tras mucho tiempo sin escribir sobre los viajes que he realizado, pensando y reflexionando sobre muchos de ellos últimamente tengo un pensamiento fijo y claro...no quiero parar...

Cierto es que se echa de menos el hogar, el punto fijo en el mapa, tener a tu gente cerca que te mantiene vivo, esos abrazos y cariños que nadie sabe darte como ellos, muchas veces no son abrazos o cariños, pero nadie sale meterse contigo como esa gente que te conoce de toda la vida y te conoce tan bien que sabe dar para echarte unas buenas risas.

Hoy, un día sin más, en el Valle de Aran, donde estoy haciendo la temporada de invierno. Corto la frase porque si, debo reflexionar este pensamiento. Un canario que no sabe esquiar y jamás había visto la nieve hasta el otro día se viene al centro del frío español, con 3 chaquetas mal contadas, unas New Balance chinas en busca de esa experiencia, de esas que hay que tener, que debes llevarte en la mochila por siempre. Ahora estoy, metido en un valle, en medio del más puro norte español, en un pueblo de 7 mil habitantes, todos por ahora maravillosos y de los que espero llevarme 7 mil corazones por mi próximos viajes por el mundo.

Y es que si, hay días donde sin darte cuenta, tu cabeza vuela y vuela alto, tan alto que te permite ver el dibujo de tu vida, de tu momento, de tu situación actual desde un punto de vista único, mágico y especial. Muy a mi pesar, que no lo es, soy muy nostálgico, echo en falta, pienso, echo de menos miradas, un simple "compi" en persona, charlas, brisas de mi mar, mi arena, mi playa...sobre todo mi familia, la que elijo pero sobre todo la de sangre. El otro día, llamé a casa, hacía días que no lo hacía, y no imaginan la vida que me dio, simplemente escuchar a mi madre con sus cosas, sus historias y problemitas del día a día, lo cotidiano, lo de mi hogar, mi gente mi sangre...lo que un día decidí tatuarme en el brazo porque aunque ya lo sabía, quería llevarme ese pedazo de tierra y todo lo que hay en ella conmigo para siempre. No existe lugar en el mundo que me describa mejor que mi casa en La Angostura.

A todas estas, estaba yo escribiendo de algo....

Los viajes, el mundo visto desde las alturas infinitas de la tierra, nuestra increíble tierra, ese gran tesoro al que deberíamos adorar cada día, dar gracias por cuidarnos tanto cada día. Me miro y hoy veo a un pobrecito tapado hasta arriba del frío, pero si lo miro más globalmente...VAYA AÑO!!

Y sobre todo por lo que uno deja en el camino, experiencias, personas, momentos...podría enumerar tantos!!! pero hoy especialmente se me vino uno a la cabeza...y justo le escribí un wasap para decírselo! a mi vuelta de Sudamérica tuve una parada larga en Bogotá. Allí, en la soledad del aeropuerto, cargando mi móvil, no porque esperara ninguna llamada ni algo parecido...mi móvil estuvo sin sonar MUCHOS meses, y que lindo sonido ese silencio. Estando allí, un lindísima venezolana me viene y me pregunta alguna pregunta sin importancia, pero allí estábamos, 3 horas después muertos de risa, esa magia que sólo pasa cuando estas abierto a que pase. En el día a día contestas cualquier cosa y sigues a la tuya. No debe ser así, las personas son maravillosas! atrévete a charlar sin más, contar tu vida...reir!! soñar juntos aunque no sepa de tus miedos o de tu vida...

Allí estábamos, yo a los 10 minutos me quedé cuidando de todas sus maletas porque se fue al lavabo, si, me dejó todas sus cosas para que las cuidara...a un desconocido! porque en el fondo, debemos seguir confiando en la gente aunque haya algunos que se empeñen en estropearlo, ¿no?

Charlamos, nos bautizamos "mami" y "papi" respectivamente, nos reímos sin parar, la animé a darlo todo en Barcelona, que le iría rebién por allí, que sería muy feliz y que si todo iría bien la podría ir a ver. Supe de su vida en Venezuela, en Londres, de su pasión por el yoga, que lo supe rápidamente porque llevaba la colchoneta en la mano como bolso de viaje, de su momento Abercrombie, del que me reí muchísimo, y así un sin fin de momentos. Viajes, sueños, deseos.

MariaAlejandra es una persona de esas que encuentras en el camino que hacen que el camino valga la pena, la marcan, marcan el viaje, marcó mi viaje y su última parada antes de volver a España. La he visto 3 horas en mi vida, pero su sonrisa, nuestras risas, ese último abrazo, fue magia, fue lindura, fue energía y fue esa semilla que hace que la vida sigue creciendo y siendo lo maravillosa que es. Aun a día de hoy nos escribimos, nos mandamos besos y saber como le va al otro...nos volveremos a ver! eso seguro...cuando? no lo sabemos...pero, este, y otro mil de detalles me hace creer que la vida es magia...y cada día digo....GRACIAS!

Ese momento en Bogotá, definió en parte, lo que fue el viaje. VIDA, TIERRA, ENERGÍA, SONRISAS y PERSONAS.